La cinetosis.



El mal de mar, el mareo, al igual que con la insolación o cualquier otro problema médico común de los que suelen verse a bordo, también con el "mal de mar", mareo o, más correctamente, la cinetosis, etimológicamente: "enfermedad por movimiento", ("motion sickness", en inglés), pueden tomarse sencillas medidas de prevención que eviten que nos tome por sorpresa y nos eche a perder un crucero.


Muchos de los que navegan han sufrido alguna vez esta conocida secuencia de síntomas, que empieza con palidez o mal color en la cara, bostezos, cansancio, transpiración fría, aceleración del pulso y de la frecuencia respiratoria, a veces inestabilidad, dolor de cabeza, irritabilidad, y finalmente náusea que puede terminar en vómitos. En síntesis, una experiencia bastante desagradable que a más de uno le arruinó el entusiasmo por navegar.

Es importante saber que no se trata de una cuestión de cobardía, falta de coraje o de experiencia, ya que cualquiera, (de acuerdo a su predisposición constitucional y la situación en particular), puede llegar a marearse; le puede pasar a un novato o a un skipper de la Volvo Ocean Race.

Como de cualquier cosa que uno quiere modificar, es útil conocer su causa y su mecanismo de producción. El mareo o cinetosis estrictamente no es una enfermedad, sino la reacción natural de un Sistema Nervioso Central (SNC) sano, frente a una situación para la cual fisiológicamente los humanos no fuimos diseñados: estar dentro o sobre objetos en movimiento, (barcos, automóviles o aviones). La causa, en realidad, no es sólo el movimiento, sino los conflictos que se producen entre las informaciones contradictorias que recibe dicho SNC de los distintos sistemas perceptivos relacionados con el equilibrio, nuestra posición en el espacio y el movimiento.

Estos sistemas normalmente trabajan juntos, en una compleja integración de informaciones que vienen de los órganos vestibulares (en el oído), de los receptores de presión de la piel, de las articulaciones y de los músculos. Cuando la vista no percibe el mismo movimiento que percibe el resto de los sistemas; entonces el SNC reacciona activando el centro de la náusea.

Cuando leemos a bordo de un barco en movimiento, o si estamos bajo cubierta, no percibimos visualmente el movimiento que los otros tres sistemas si detectan, creándose un conflicto de percepciones. Por eso esto es infrecuente a bordo de un barco sin cabina. Quizás el movimiento que más influya es el de aceleración vertical (que es más marcado en proa). El proceso se ve facilitado por un exceso de frío, de calor o de ansiedad.
También hay un importante componente sugestivo que actúa, para bien, ("Ya tomé la pastilla: ahora no puedo marearme "), o para mal, ("Siempre me mareo"), también cuando a bordo hay una excesiva preocupación y atención puesta en este tema. Marearse, en realidad, debería tomarse como algo natural, un "gaje del oficio" de navegante, que no es el fin del mundo para nadie. El mareo de hoy puede servir para aprender las medidas preventivas para mañana.

Incluso se puede aprovechar la incómoda situación para afrontar el desafío de tratar de seguir cumpliendo la tarea que se espera de uno a bordo, y para descubrir hasta qué punto se la puede hacer. Frente a este círculo vicioso autosugestivo, hay que saber que es muy posible que cumpliendo estrictamente todas las recomendaciones comentadas, es muy posible evitar el mal rato.

Por otro lado, si el cuadro se va a dar, usualmente será en las primeras horas o días a bordo. Después de unos días se produce un acostumbramiento y se adquieren las "piernas de mar", que consisten en un acomodamiento postural automático que acompaña al movimiento del barco. Cuando esto persiste luego del desembarco, (a veces de manera desagradable), se lo llama "Mal del Desembarco".

La mayoría de los casos de cinetosis son leves y autotratables. Sólo si los síntomas aumentan progresivamente, si persisten varios días, si la deshidratación es importante o si la situación se complica con otros problemas clínicos, habrá que consultar un médico. Lo habitual es que al poco tiempo de cesar el movimiento que la causa, sobreviene una mejoría y no es raro que mientras se toman amarras o se desembarca, los que hasta hace unos minutos estaban mareados, ya estén pensando en qué van a comer.


La prevención consiste básicamente en medidas preventivas generales:

Antes de la exposición al movimiento:

La noche anterior no tome alcohol y, (sobre todo), descanse bien. Se dice que si ya duerme a bordo, mejor. Por la mañana no desayune con café ni con mate, (ya que son estimulantes del SNC, incluido el centro del vómito).

Durante la exposición al movimiento:

Tome siempre mucho aire puro, respirando profundo pero lento. No fume. Evite estar donde se fuma, donde llegan los gases del escape o malos olores (especialmente de vómito).

Manténgase donde menos se mueva el barco: lo que generalmente es a popa, de pie sobre la línea de crujía, en un lugar que no sea alto. Mire hacia adelante, manteniendo siempre contacto visual con el horizonte y otros puntos distantes fijos. Si hay riesgo de mareo evite estar bajo cubierta.

Afloje los hombros moviéndolos para adelante y para atrás, tome conciencia de su rigidez postural y aflójese.

Intente adquirir las "piernas de mar", no luchando, tenso, contra los movimientos del barco, sino acomodándose a ellos, como lo hace el compás magnético con su mecanismo cardánico. 

No lea. Trate de no enfocar la vista cerca (instrumentos, cartas), ni mirar con prismáticos, más allá de lo indispensable.

No tenga el estómago demasiado lleno ni demasiado vacío. Coma, poco a poco, alimentos sin grasa, que no estén muy condimentados ni tengan olores o gustos muy fuertes. Que sean de fácil digestión y de consistencia más bien pastosa: galletas, panes, manzanas, frutas de lata en almíbar...

No tome alcohol, café, ni mate. Si necesita reponer líquidos, hágalo poco a poco, por etapas. Cualquier gaseosa va bien. No mire ni hable al que está mareado. Parece poco solidario, pero es práctico, ya que lo mejor que puede hacer por él es no marearse usted también.

Si piensa que va a poder dormir, inténtelo. Si no logra dormirse, no se quede acostado, ni con los ojos cerrados, ni bajo cubierta. Si logra dormirse, eso puede traerle un gran alivio.

Si siente que se empieza a marear:

Chequee mentalmente la lista anterior y vea qué puede corregir. Dedíquese a alguna tarea a bordo que requiera concentración mental: timonear (que tiene la ventaja de tener que estar mirando el horizonte), estar atento a las boyas de barco hundido o llevar la escota del spinnaker. 

Si un tripulante comienza a marearse, además de ofrecerle un tratamiento, asígnele tareas. Concentrarse en algo útil es siempre mejor que hacerlo en lo mal que uno se siente.

Si se producen vómitos:

Antes: Si tiene elementos de ortodoncia: quíteselos.

Durante: ¡Asegúrese de no caer por la borda!, lo que ha pasado alguna vez. Si es necesario, otros deben ayudarlo a sostenerse.

Después: Debe mantenerse abrigado, recibiendo líquidos en pequeñas cantidades en cuanto pueda, acompañados de palabras tranquilizadoras y de aliento.

Medicamentos anticinetósicos.

Todos los medicamentos preventivos deben empezar a tomarse con mucha anticipación a la zarpada; si es desde 24 hs. Antes, mejor. Usualmente, luego de tomarlos un par de días se hacen innecesarios.

Otros recursos.

Por falta de experiencia, por experiencias limitadas o con pobres resultados con las siguientes terapéuticas, sólo se mencionan a título informativo, (ni de recomendación, ni de descarte).

Homeopatía.

Hay quienes utilizan preparados a base de Nux Vomica, Tabacum, Petroleum y Cocculus. No tienen reacciones colaterales.


Jengibre.

Algunos lo recomiendan como caramelos, té (una cucharadita de polvo de raíz desecada molida en una taza de agua hirviendo) o cápsulas con 1-2 gramos de polvo.

Pulseras.

Son elásticas y se usan en el antebrazo. Algunos sostienen que si están bien colocadas, una esfera plástica presiona sobre el punto nei-guan de acupuntura y las hacen muy efectivas.

Inyectables para casos persistentes.

En casos de mareos severos, con gran descompensación (días sin poder retener líquidos, deshidratación, incapacidad de estar en pie), suelen aplicarse inyectables (intramusculares. Esta vía de acción interrumpe rápidamente el estado nauseoso y permite que el paciente, ya sedado, pueda descansar y ser rehidratado, recuperándose progresivamente. A veces incluso debe recurrirse a la rehidratación parenteral (intravenosa).

Conclusiones.

Desgraciadamente no hay una solución universalmente efectiva, pero hay medios como para, en la mayoría de los casos, aliviar los síntomas o hacerlos desaparecer.

Recuerde que los medicamentos preventivos no garantizan nada si no se cumplen con las medidas preventivas generales mencionadas. Éstas solas, para algunos, son lo suficientemente eficaces como para que ni hagan falta las medicaciones.

No se sorprenda si lo que le funciona muy bien a uno no le funciona a otro. Tampoco si funcionan pero dando reacciones colaterales que incapacitan para sentirse bien, útil y disfrutando de estar a bordo. Nunca subestime el "efecto placebo", si probó algo y funcionó, no se cuestione mucho y úselo.





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